Mayor Zaragoza abre el debate en el XXX Congreso de la Asociación ?Juan XXIII?? -- Jesús Bastante

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?La burocracia eclesiástica se empeña en acallar a Jesús por lo ceremonial??Reivindica la fuerza de la conciencia personal por encima de las leyes eclesiásticas Unas 800 personas asistieron a la sesión inaugural del XXX Congreso de la Asociación de Teólogos y Teólogas «Juan XXIII», que este año versa sobre el tema de Jesús de Nazaret. «Todos peinamos canas», afirmó, arrancando una sonrisa del respetable, el presidente Federico Pastor.

Sin embargo, sí se vieron algunas caras jóvenes -también un par de bebés-, y muchas mujeres. Un congreso que arrancó con un aplauso espontáneo cuando se anunció la celebración de un homenaje -pequeño, pero sentido- a dos de los presidentes de la Asociación, fallecidos en los últimos doce meses: Enrique Miret y José María Díez-Alegría.

«No queremos sentirnos arrastrados por la marea general de involución que predomina en la Iglesia española», recalcó Pastor, quien incidió en que «el mensaje de Jesús no es para unas minorías», animando a los presentes a ejercer la crítica «y hasta cierto punto, la disidencia. No una polémica gratuita, pero sí ser conscientes de lo que ocurre y ser protagonistas en la Iglesia».

Qué significa Jesús de Nazaret aquí y ahora, cómo vemos a Jesús hoy, con distintas perspectivas y una raíz común: el Evangelio, fueron algunas de las ideas clave planteadas por el presidente de Cultura y Paz, Federico Mayor Zaragoza, en su ponencia «Actitudes ante la figura de Jesús de Nazaret en la sociedad española».

Mayor tuvo un especial recuerdo para Díez-Alegría y Miret, pero también para José Saramago, y «entre los vivos», a Casaldáliga o José Arregui. Fue precisamente al citar al teólogo vasco cuando denunció cómo «la burocracia eclesiástica se empeña en acallar el fundamento de nuestras creencias, haciendo que prevalezca lo ceremonial sobre lo esencial».

Mayor Zaragoza reclamó una mayor movilización de la sociedad civil «para conseguir la renovación espiritual», en la Iglesia y en la sociedad, y alentó contra el miedo de los creyentes. «Vivimos atemorizados», subrayó.

«No podemos posponer permanentemente la adopción de medidas. Es tiempo de acción, más de actuar que de decir. Hay que dejar de ser espectadores inútiles. Por primera vez podemos pasar de súbditos a ciudadanos plenos», prosiguió Federico Mayor Zaragoza. «No al fanatismo, no al miedo, no al silencio. Sí a la reflexión, a la duda, a la escucha», proclamó.

«Queremos la Iglesia de la luz, no la del fuego, no la del Infierno», recalcó el ponente, quien reivindicó la fuerza de la conciencia personal, «que siempre está por encima de la ley eclesiástica o la política». Una conciencia en la que aparece Jesús como «Dios que se hace hombre para cada hombre».

Finalmente, y tocando la actualidad, Mayor Zaragoza hizo referencia a las polémicas declaraciones de Stephen Hawking negando la existencia de un Dios creador. «No hay que esperar una explicación científica de Dios», incidió el ponente, quien recalcó que «una visión de Dios como interventor o inquisidor es una visión muy menguada. O Dios es siempre, o no es Dios».