Es 17 de mayo 2011. Salgo del Metro en la Puerta del Sol, en pleno corazón de Madrid. Lo que habitualmente es un lugar donde se mueven, como en cualquier gran ciudad, miles de individuos anónimos, personas apuradas hacia sus trabajos, sus trámites, o relajados grupos de turistas. Hoy es otra cosa. El ambiente es de colectividad, calidez, alegría. Cientos de jóvenes y adultos-as acampados, colaboradores y espectadores.
La actividad es febril, armando comisiones, acogiendo visitas, entrevistas, se arman carpas y hasta piezas de madera, se dibujan calles. ?Democracia Real Ahora??, ?Libertad??, ?derechos humanos??, etc… Crecen las apretadas ruedas de debates, se llena la plaza de lienzos y pinturas de los más diversos, tales como ?manos arriba, estamos liberando la democracia??, ?no estamos contra el sistema, es el sistema quien está contra nosotros-as??.
Pero, ¿qué ocurrió ese 15 M (15 de mayo)?. Ellos mismos-as lo definen así, en su Web Spanish Revolution: ?Somos los indignados, los anónimos, los sin voz. Estábamos en silencio, pero a la escucha, observando. No para mirar hacia arriba, donde están los que llevan las riendas del mundo, sino a los lados, donde estamos todas y todos, buscando el momento de unirnos??.
?No nos representan partidos, asociaciones o sindicatos. Tampoco queremos que así sea, porque cada cual se representa a sí mismo. Queremos pensar entre todos cómo crear un mundo donde las
personas y la naturaleza estén por encima de intereses económicos.
Queremos idear y construir el mejor de los mundos posibles. Juntos podemos y lo haremos. Sin miedo??.
?Las primeras chispas prendieron en los países árabes, donde cientos de miles de personas tomaron las plazas y calles, recordando a sus gobiernos que ellos son el verdadero poder. Luego fueron los
islandeses quienes salieron a las calles para expresarse y decidir su futuro; el pueblo español no tardó en tomar las plazas de barrios, pueblos y ciudades. Ahora, la mecha se extiende rápidamente por
Francia, Grecia, Portugal, Italia y Turquía, mientras llegan ecos de América y Asia y nuevos focos aparecen cada día por doquier. Si los problemas son globales, la revolución será global o no será. Es hora de recuperar nuestros espacios públicos para debatir y construir entre todas y todos el futuro??.
Mientras los medios de comunicación anuncian prontas bonanzas y la clase política a cargo de administrar el país se ve obligada por el poder económico a traspasar la quiebra económica del sistema a los trabajadores-as empobrecidos e inmigrantes. Lúcidos análisis de intelectuales cercanos al pueblo, anunciaban hace tiempo que el ?reventón?? popular de los ?rehenes del capitalismo?? era inevitable. Y no es para menos, España ostenta cifras de más de 4 millones de cesantes, de los cuales más del 44% son jóvenes. La peor estadística de Europa, en este aspecto.
El proceso: Ya el año pasado hubo un paro nacional convocado por los sindicatos, bastante exitoso. Las manifestaciones de descontento siguieron especialmente en las grandes capitales y fue justamente la represión ejercida en Madrid el día 15, a una de ellas, el detonante hacia esta nueva forma de lucha no violenta, al decidirse a desafiar al poder político y legal e instalarse ahí hasta el día de las elecciones, reclamando ?Democracia Real Ahora??, como denuncia a la corruptela e ineficiencia del Estado para responder a los graves problemas sociales de las mayorías empobrecidas.
Sin duda, influyó también el grito desesperado del francés Stéphane Hessel, de 93 años, en su libro ?Indignaos??, que ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo. Y que incentiva a la juventud a salir de la apatía para rebelarse en forma pacífica contra las desigualdades del mundo moderno. Esos métodos de lucha no violenta, desarmaron a las fuerzas de represión. El movimiento se extendió de inmediato en decenas de ciudades españolas, grandes y chicas.
Algunos pensaron que sería algo folclórico y muy pasajero. De eso se encargaron los medios informativos de los grandes grupos económicos, siempre atentos a dividir y tergiversar. Pero los jóvenes no se han dormido. La reflexión en largas asambleas, fue dando sus frutos. Enseguida, comenzaron a poner las bases para trasladar la fuerza del movimiento a los barrios más populares y a globalizar el movimiento y las demandas; a consolidar y proyectar la lucha iniciada.
Es muy notorio en su funcionamiento el estilo tipo ?Foro Social Mundial??: no hay líderes formales elegidos, se comparten cargos en equipos y de manera provisoria, los cuales van rotando. Y ahí siguen, ahora haciendo un nuevo llamado para el día 19 de junio: ?A la ocupación pacífica de las plazas públicas y a la creación de espacios de encuentro, debate y reflexión. Es nuestro deber recuperar el espacio público y decidir juntos el mundo que queremos.??
Nada mejor para resumir este proceso, que la reflexión del teólogo Joxe Aregi, en Deia: ?Nadie sabe si el 15-M es un vigoroso germen de transformación planetaria o no es más que un sueño generoso y pasajero. Eso no depende de ellos, sino de nosotros, de todos nosotros. «Si no buscas una solución, eres parte del problema», nos han dicho certeramente. No es seguro que tenga éxito, aunque lo apoyemos, Pero es seguro que no tendrá éxito si no lo apoyamos. Y en cualquier caso, la calidad de un compromiso no se mide por el éxito o el fracaso, sino por la generosidad vivida y por el valor de la causa, aunque fracase. A veces hay que medir la acción en función del resultado previsto. No digo que no. Pero hay causas -son las causas más humanas- que merecen adhesión, aunque fracasen. Nada hay más ético y humano, nada más divino, que la compasión y el compromiso con el herido del camino sin esperar premio ni obtener éxito??
Mirado este proceso desde nuestro país, se dijo que también llegaba a Chile la fuerza del movimiento y no nos faltan motivos para la misma indignación. La masividad cada vez mayor de las manifestaciones de los más variados sectores, lo confirman. Pero, ¿seremos capaces de darle solidez y de afirmar nuestro movimiento social o seguiremos en la inercia hasta que se desgaste la movilización, una vez más?
Confiemos, entonces, en que la indignación que se extiende, que continua, aporte al crecimiento y maduración de la organización chilena y mundial. Las grandes mayorías afectadas por el nefasto sistema capitalista neoliberal. A globalizar, pues, entre todos-as, la más que justificada indignación.