Carlos García de Andoin, coordinador general de cristianos socialistas: «Algunos obispos se han empeñado en resaltar lo que separa frente a lo que une» -- David Guadilla

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El Correo

Lamenta que la Iglesia no entienda el papel «evangelizador» de determinadas leyes socialistas.
Carlos García de Andoin es el coordinador federal de Cristianos Socialistas del PSOE, un colectivo nacido en el País Vasco que, ahora a nivel de toda España, intenta tender puentes entre su partido y la Iglesia católica. Una labor complicada cuando las relaciones entre el Gobierno y la jerarquía eclesiástica atraviesan una situación complicada.

-¿Mal momento para ser católico practicante y militante del PSOE?

-He de confesar que en esta situación ha habido desgarros importantes. Desde Cristianos Socialistas hemos intentado tender puentes, pero, de repente, un bombazo te dinamita la tarea de varios años.

-¿La nota episcopal en la que se viene a decir que los católicos deben votar al PP?

-Supone el broche, el final de una legislatura en la que algunos obispos se han empeñado en resaltar lo que nos separa frente a reconocer todo lo que une.

-¿Cómo se ha llegado a esta situación?

-No se trata de un conflicto laicista. En esta legislatura ha habido acuerdos importantes en materia de financiación y educación. No ha habido una política de exclusión por parte del Gobierno.

-Pero está claro que hay un conflicto.

-Es que hay un cambio de valores en la sociedad. Y el Gobierno ha apostado en su programa por ese cambio mayoritario de valores; es el caso de la igualdad de género o de los matrimonios de las personas del mismo sexo. Y cuando la Iglesia encarna la defensa de los valores más tradicionales es inevitable que se presente el conflicto.

-José Blanco ya ha advertido de que, si gana el PSOE el 9 de marzo, «nada será igual» en las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia. ¿Cree que se van a replantear los acuerdos con el Vaticano?

-No. Zapatero ya ha dicho que no.

-Como militante socialista y cristiano, ¿qué le parece que los obispos pidan que no se vote a quien negocie con los terroristas?

-Los obispos tienen derecho a intervenir en la deliberación ética y democrática de la sociedad. Pero también tienen que respetar la autonomía de las realidades terrenas, que es lo que dice el Concilio Vaticano II. Entiendo que digan que no se pueden apoyar opciones que defiendan el terrorismo o que es imprescindible la memoria de las víctimas como antídoto frente a la violencia, pero lo que no pueden decir es hasta dónde y cómo se puede hablar con una organización terrorista. Eso forma parte de la actuación política que no puede estar cercenada desde un criterio moral. Además, sería un caso insólito en el mundo; la Iglesia siempre ha mostrado su disposición a mediar en favor de la paz.

Rumbo

-¿Hay una estrategia del PP y de sectores de la Iglesia para cambiar de Gobierno?

-Se han visto demasiados vasos comunicantes, pero no creo que necesariamente tenga que haber un contubernio. Sí hay visiones ideológicas compartidas. Hay un conservadurismo católico que ha ido haciéndose con el rumbo de la Iglesia, que no es representativo de la mayoría de los católicos.

-¿Y ese sector es el que preferiría que ganase el PP?

–Es algo que veo con gran claridad. Un ejemplo fue el acto de diciembre (varios miles de personas se reunieron en Madrid en defensa de la familia); fue organizado en un mes. Lo normal es que estas concentraciones se preparen con gran lentitud y tras muchas consultas. Rouco Varela (arzobispo de Madrid) se lanzó para dar un mensaje a la sociedad, al Gobierno y al propio Vaticano. Ese grupo de obispos quiso romper la entente cordial que empezaba a haber entre el Gobierno y Roma.

-Algunos compañeros de su partido llegan a comparar la actitud de la jerarquía actual con la que mantuvo durante el franquismo.

-El Concilio Vaticano II marcó con claridad una relación de la Iglesia con el mundo basada en el diálogo. Es el modelo que hizo suyo Tarancón y otros muchos obispos durante la Transición. Al Episcopado actual le cuesta ver lo que hay de positivo en este cambio cultural, ya sea en los derechos de las personas homosexuales, en la libertad de los ciudadanos o en la igualdad entre hombres y mujeres. Hay una relación con el mundo más basada en la confrontación que en el diálogo. Pero también es verdad que hay obispos que anhelan un clima de relación con el Estado muy parecido al que hubo en la Transición.

-Pero son minoritarios.

-Sí. Apenas 12 o 14 obispos de los 70 podrían situarse en ese grupo.

-Hay miembros de su partido que apuestan por ser más beligerantes contra la Iglesia.

-Sí, los obispos deberían tomar conciencia de que a quien más ha podido frustrar la política de este Gobierno ha sido a los sectores más laicos, que no han llegado a comprender los acuerdos de financiación ni los firmados en materia educativa. Lamento que la jerarquía eclesiástica no entienda el papel evangelizador que tienen algunas decisiones tomadas por este gobierno en materia de inmigración o lo que se ha hecho con la Ley de Dependencia