La noticia cayó como una bomba entre los cristianos atentos de Gipuzkoa: La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe ha denegado el “nihil obstat” al segundo tomo sobre los evangelios, titulado “El camino abierto por Jesús. ( Marcos)”, obra de José Antonio Pagola, por considerar que, en determinados puntos “la enseñanza del texto se opone a afirmaciones explícitas del magisterio de la Iglesia” y por la acumulación de una serie de “ambigüedades”.
Ignoro si la comisión inquisitorial habrá quedado tranquila con la redacción de la nueva condena al autor de “Jesús. Aproximación histórica”. Lo que sí puedo afirmar es que no sólo los 2.700 firmantes guipuzcoanos de una reciente carta al obispo Munilla denunciando la gravísima situación creada por el acoso del que está siendo víctima José Antonio Pagola, sino muchísimos más cristianos de esta diócesis hemos recibido un batacazo, un escándalo, que nos aleja, tal vez para siempre, de una jerarquía eclesial que no pone en práctica actitudes cristianas tan elementales como un acercarse y dialogar, antes de condenarlo, a este autor reconocido por miles y miles de lectores en el mundo, por su bondad, su sabiduría bíblica, su arte de gran comunicador, su vida ejemplar y su afán por hacer asequible la vida cristiana a la sociedad actual.
Resulta patética la figura de editores buscando con lupa un obispo que se preste a leer el original y que prefiera ser fiel a su conciencia en lugar de caer en el borreguismo del temor a la Conferencia Episcopal y su campaña contra el prestigio personal de José Antonio Pagola.
Ante esta situación la cristiandad guipuzcoana no será la misma y se verá obligada a dar un paso más hacia la libertad de conciencia, fija la atención en la vida y las palabras de Jesús más que en inquisidores que carecen de autoridad moral para exigir a nadie lo que ellos manifiestamente incumplen.
(28/VI/20011)